PSICOPATÍA

 ¿QUÉ ES LA PSICOPATÍA?

La psicopatía es un tipo de trastorno mental que se caracteriza por la alteración del carácter o de la conducta social de una persona, pero no supone ninguna alteración de la capacidad intelectual.

Los trastornos mentales se singularizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción del entorno, las emociones, la conducta y las relaciones de una persona con las demás..

La psicopatía no está incluida en este listado de trastornos mentales, si bien los expertos incluyen esta afección dentro de una de sus categorías: los trastornos de la personalidad. En concreto, la psicopatía se enmarca en el grupo de trastornos antisociales, que son aquellos en que la persona que lo padece muestra una actitud agresiva e impulsiva, sin sentimientos de culpa y con desobediencia sistemática de las normas y obligaciones sociales.

CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOPATÍA

Sus características y consecuencias para la vida en sociedad lo convierten en un trastorno mental cuyo estudio es de gran relevancia tanto en el ámbito clínico como en el de la criminología. Según los estudios elaborados sobre psicopatía, las personas afectadas por este trastorno suelen seguir unas pautas de conducta que permiten identificar estos rasgos:

  • Se muestran distantes y ajenos, ignoran los sentimientos de otras personas y desarrollan conductas crueles.
  • Son capaces de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, pero no les importa cometer infracciones, incumplir las reglas y convenciones sociales y sin miedo a los castigos que eso pueda suponer.
  • Muestran conductas deshonestas y manipuladoras para obtener beneficio personal o por placer.
  • Son irritables, egocéntricos, agresivos, imprudentes y mentirosos patológicos.
  • Son capaces de relacionarse con normalidad con su entorno, con encanto superficial, pero incapaces para mantener relaciones afectivas estables.


Las causas que derivan en la psicopatía no están claras pero, como ocurre con otros trastornos de la personalidad, se vinculan a factores genéticos y al entorno en que se desarrolla la persona. Es decir, algunas personas nacen con predisposición genética a padecer algún tipo de trastorno de personalidad y, según el entorno en que crezcan, la tendencia aumenta o disminuye.

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